La planificación estratégica debe ser una prioridad para las empresas en 2021: el entorno cambiante la ha hecho más necesaria que nunca.
Ahora es el momento de recurrir a consultores para revisar lo que ha funcionado en el pasado y cómo planificar el futuro.
Analizamos cómo revisar las estrategias a la hora de crear un reporte de consultoría que prepare eficazmente a las empresas para un 2021 mejor.
1. Estudiar el equipo
Si una empresa no sabe cómo funciona su equipo o cuáles son sus puntos fuertes, es imposible planificar el futuro.
El primer paso que tendrán que dar los consultores cuando trabajen en un plan estratégico es estudiar los equipos existentes.
Merece la pena diseñar un organigrama como el del ejemplo siguiente para visualizar la estructura del equipo.
Realice pruebas de personalidad para evaluar el temperamento de las personas que trabajan en la organización, esto ayudará a moldear el entorno para prácticas más eficientes.
No se limite a lo que la empresa pide a sus empleados.
¿En qué son expertos y cuáles son sus puntos fuertes? ¿Qué habilidades adicionales y no relacionadas con el trabajo poseen y podrían ser beneficiosas para la empresa?
Pero examine también dónde están los puntos débiles de los empleados: ¿con qué tareas tienen dificultades? ¿Qué se puede hacer para ayudarles a superar esos obstáculos?
Es posible que sea necesaria una formación adicional o una reorganización de las funciones: algunas tareas pueden tener que ser realizadas por equipos diferentes porque ya no se ajustan a las mismas funciones que antes.
2. Incorporar transparencia
La transparencia es de suma importancia en un entorno de trabajo, con el mundo cambiante en el que vivimos actualmente, ha tomado precedencia sobre otras áreas.
No hay lugar para el secretismo cuando una empresa intenta aprender y crecer: averigüe si la visión y la misión de la empresa están claras para los empleados.
¿Cuáles son los valores que quieren mantener y proyectar a sus empleados y clientes?
Parte del proceso de planificación estratégica debe consistir en echar la vista atrás al año anterior para examinar los bloqueos en el flujo de información.
Pregunte a los empleados si creen que tienen acceso a las personas que ocupan puestos directivos y si sus dudas e inquietudes se tratan con rapidez o se dejan de lado.
¿Existe un sistema de comunicación bidireccional entre el equipo? ¿Pueden los que están en los escalones más bajos de la estructura organizativa compartir sus opiniones?
¿Se espera que sólo los empleados acepten los errores y las equivocaciones, o existe una coherencia general en cuanto a quién se responsabiliza de los fallos que se producen?
Algunas de estas preguntas pueden ser muy difíciles de responder, pero si las empresas quieren avanzar hacia un 2021 exitoso, necesitan ser transparentes acerca de las fallas internas.
Con el trabajo a distancia convirtiéndose en la norma, la construcción de estructuras de colaboración dentro de una organización se ha convertido en un foco central de las iniciativas de planificación estratégica.
La colaboración en el lugar de trabajo tiene dos caras: dentro de una oficina y para los trabajadores remotos.
Para las empresas que siguen trabajando fuera de sus oficinas -o que lo harán pronto- es imperativo animar a los empleados a trabajar juntos.
Muchas empresas creen que los entornos competitivos fomentan una mayor productividad y mejores resultados, pero esto no funciona para todos los empleados.
No todo el mundo quiere competir con sus colegas; además, competir constantemente entre sí puede generar resentimiento y hostilidad.
Cuando los consultores inspeccionan cómo una empresa anima a sus empleados a interactuar, querrán ver un ambiente más colaborativo en el que las personas trabajan juntas para lograr un objetivo común. Una de las mejores formas es utilizar un software de base de conocimientos que le permita compartir información y mantener a sus equipos comprometidos.
Esta actitud influye enormemente en los trabajadores remotos o empleados que trabajan desde casa, como viene ocurriendo desde hace un año.
Las personas que trabajan desde casa pueden sentirse aisladas y desconectadas de sus compañeros y del bullicio del lugar de trabajo, por lo que inculcarles una actitud de colaboración les resultará beneficioso.
En lugar de intentar superarse unos a otros, los empleados encontrarán satisfacción en la resolución conjunta de problemas y en la consecución de sus directrices.
Por supuesto, es importante evitar la sobrecarga de colaboración para que los empleados puedan terminar su trabajo en lugar de estar constantemente intentando ayudarse unos a otros.
Pero, en general, un entorno de colaboración siempre será más ventajoso para las empresas que uno basado en la competitividad.
La planificación estratégica está vinculada a los objetivos empresariales, que habrán cambiado durante 2020: algunas empresas solo intentan mantenerse abiertas, mientras que otras pueden permitirse crecer.
Los consultores deben hablar con la alta dirección sobre la revisión de los objetivos de la empresa e incluso de su visión.
Hable con los jefes de equipo y los directivos para que le den su opinión: pueden hablar de los obstáculos y los éxitos con sus equipos para establecer objetivos razonables para el año siguiente.
Realice un análisis DAFO de la empresa, así como un análisis comparativo con sus competidores: ¿dóndese están quedando rezagados en el mercado o qué carencias están cubriendo?
El mundo en el que vivimos ha cambiado: las empresas deben ser prudentes con sus expectativas para los próximos años.
Esté atento a lo que ha funcionado y lo que no este año para dar a la empresa una oportunidad de luchar en el futuro.
Como ya hemos señalado, los empleados son un recurso enorme para las empresas: sus puntos fuertes pueden hacer que una empresa triunfe o fracase.
Aunque comprender sus capacidades y ayudarles a colaborar puede contribuir en gran medida a impulsar la organización, los asesores también tienen que ver hasta qué punto priorizan el compromiso de los empleados.
Para determinarla pueden plantearse varias preguntas:
- ¿Están los empleados comprometidos con la empresa?
- ¿Disfrutan trabajando allí?
- ¿Se reconocen sus logros y éxitos?
- ¿Tienen sentido de la autonomía y la independencia?
- ¿Qué opinan de los objetivos que se han fijado? ¿Son alcanzables?
- ¿Existen oportunidades de aprendizaje en la empresa?
- ¿Pueden alcanzar sus objetivos profesionales dentro de la empresa?
- ¿Recomendarían esta empresa a sus conocidos?
- ¿Son satisfactorias las compensaciones financieras?
- ¿Necesita un software de planificación de horarios para sus empleados?
Cuanto más positivas sean las respuestas a estas preguntas, mayor será el compromiso de la empresa con sus recursos humanos.
Las áreas que aún están rezagadas deben señalarse en el reporte estratégico para que la empresa pueda priorizarlas en 2021.
Las empresas necesitan oportunidades de crecimiento orgánico dentro de sus filas. Con el tiempo, los líderes deben dejar paso a los que están por debajo.
Pero cualquier crecimiento que se produzca debe ganarse a pulso: ascender a alguien a un puesto directivo sólo porque hay una vacante podría tener un impacto negativo en la empresa.
Cuando un consultor examine el potencial de crecimiento de la empresa, tendrá que ver si los empleados tienen oportunidades de mejorar sus habilidades y convertirse en líderes.
¿De qué medios de formación disponen? ¿Pueden seguir de cerca a directivos y líderes? ¿Existen programas de tutoría? ¿A qué recursos y apoyo pueden acceder?
No se trata solo de mejorar las capacidades de trabajo o de dar a los empleados más experiencia de gestión para que se conviertan en líderes: también necesitan mejorar sus habilidades interpersonales.
Planificar el futuro significa garantizar que, en cada escalón, los empleados tengan oportunidades de progresar y estén equipados con los recursos necesarios para su avance.
Ya hemos hablado de la importancia de la retroalimentación en el proceso de planificación estratégica, pero los consultores deben determinar si existen canales para que la gente comparta sus opiniones.
Un aspecto importante a la hora de determinar los canales de retroalimentación es si la organización está adoptando un enfoque descendente o está permitiendo la retroalimentación de todos.
Las críticas de la dirección y los ejecutivos a menudo se perciben como directrices que hay que cumplir.
Pero eso no contribuye a crear un entorno saludable: una empresa que silencia a sus empleados en función de su estatus no va a crecer en el futuro.
Establecer encuestas para que los empleados compartan sus bloqueos, sugerencias y experiencias es necesario, pero los directivos y líderes también deben escucharlas y actuar en consecuencia.
¿Cuáles son las expectativas de los empleados y cómo juzgan su rendimiento? ¿Existe un formato de reporte estandarizado? ¿Existe margen para una retroalimentación cualificada?
Si estos canales de retroalimentación aún no existen o no están funcionando de forma óptima, los planes para el futuro deben abordar esta cuestión y ofrecer soluciones.
Cuando una empresa tiene sus objetivos fijados para el futuro, puede empezar a centrarse en sus KPI y métricas.
Todos los objetivos deben ser específicos SMART, medibles, alcanzables, relevantes y oportunos.
Las métricas más comunes para las empresas son las siguientes:
- Ingresos obtenidos frente a costes empresariales
- Beneficios trimestrales
- Aumento de las ventas
- Tráfico en el sitio web
- Número de suscripciones
- Seguidores en las redes sociales
- Puntuaciones de satisfacción del cliente
- Inscripciones al programa de fidelización
El proceso de planificación estratégica debe comparar y contrastar las métricas definidas el año pasado con las ganancias y pérdidas durante el primer semestre de este año.
Además, los consultores deben presionar a la dirección para que determine qué métricas serían viables teniendo en cuenta la situación cambiante del mundo.
Es imperativo hablar con los miembros del equipo para conocer su opinión: están sobre el terreno y más cerca de un proyecto o campaña. Esto les convierte en las personas más indicadas para comprender qué es un objetivo demasiado elevado.
Los consultores también deben asegurarse de que existen sistemas para realizar un seguimiento de estas métricas: los datos deben recopilarse mediante análisis sociales, Google Analytics y encuestas a los clientes.
Utilice la visualización de datos para comprender el contexto de las métricas y determinar qué áreas requieren mejoras y cuáles han tenido más éxito.
La planificación estratégica ha adquirido una nueva forma debido a las condiciones mundiales, pero es un ejercicio necesario para determinar el rumbo de una empresa en el futuro.
Los consultores son los mejor situados para llevar a cabo este ejercicio: como terceros, pueden tener un conocimiento imparcial de la empresa y ser objetivos sobre sus opciones.
Siguiendo los ocho pasos descritos anteriormente, los consultores podrán crear un reporte estratégico que lleve a las empresas al éxito.
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